No me agrada la idea de quedarme en una iglesia con Atanasia y el niñato.
- Oh, seguidme. No os queréis ahí. - La monja me mira con atencion, creo que no le hace gracia que me carguen, a mi tampoco. - ¡Que las esencias nos asistan!¿Está herido?
- Sólo en el orgullo. - Le lanzo una mirada asesina ¿como osa a decirme eso? Me gano, pero en la primera vez estaba roto y la segunda me hecharon un hechizo, es como si no me ganara.
- Bueno, en ese caso prosigamos. -Se vuelbe y sigue caminando.
La señora nos hace caminar a traves de la construccion, de la cual me quedo impresionado, es casi digno del Olimpo, todo es enorme y complicado. Caminamos lento por mi, no me gusta resultar una carga, pero lo estoy siendo, necesito estar en gusrdia, no me fio de ninguno. Nos deja delante de una puerta polborienta y medio oxidada entramos y Nahuel se dirige a la monja.
Muchas gracias, señora. -Dice Nahuel educado, el principito ya me arta con sus modales - Se lo agradecemos todos.
- Yo no- digo muy bajo, mas de lo que esperaba- es lo que debe hacer ya que soy el príncipe Zeil, y proximo rey del primer gobierno.
Nahuel me pone la zancadilla y me caigo sobre un lecho de paja seca.
- Cuidado, príncipe que te vas a caer. - Me dice con ironia, me esta llegando a los limites, devi matarle en la arena como a un bulgar animal.
- Seras... -Digo, pero mejor me callo, no quiero que Kenta me escuche palabras de cabreo.
- Pero, ¿tenéis energía para eso? - dice Kenta acomodandose en una esquina.
- No, yo estoy agotado. -Contesta Nahuel colocandose en un monton en la otra parte de la habitacion. Me dejan tirado en ese monton de heno ¿no querran que duerma aqui? Bueno, supongo que no puedo hacer nada, asi que me acomodo en aquel sitio asqueroso y doy la espalda a Nahuel. Atanasia se queda de pie mirando el panorama. La "pobre" no tiene donde dormir, que se aguante.- Ata, ven. - suelta el niñato. Les miro de reojo y veo que ella se tumba justo al lado del principito.
- Jóvenes, ¿me permitís una pregunta indiscreta? - pregunta la señora con interes, no dejo tiepo para que conteatarn.- ¿Sois pareja vosotros dos?
Me volteo un poco, es dibertido ver sus caras, sobre todo la del niñato.
-N..no -tartamudea Nahuel, que risa, esta nervioso- Solo somos amigos de hace mucho. Nada mas.
- Voy a por unas mantas para que os arropéis y durmáis más agusto.-mira indiscretamente a Atanasia- Y señorita, si no sois pareja de nadie en esta sala no tiene sentido que durmais en esta sala.
Acto seguido la coge por la muñeca y abandonan la sala.
Me acomodo de nuebo en el monton de paja. Hace un poco de frio y humedad, pero tengo estado en situaciones peores en el ejercito, por ejemplo, un dia tubimos que dormir bajo la lluvia cerca de Delu y alli sienpre hace mucho frio. No me doy dormido, asi que doy un repaso a mi mobil y veo en pantalla que tengo un mensage de mi tio... ¡Mierda! ¡Olvide por completo el tema del esposamiento! Pero bueno, aunque sea le replico, lucho con las palabras y haber si al menos me deja escoger...
Me remuebo un poco en el monton, pero acabo por dormirme.
-Zeil...- me dice una dulce voz- tienes que despertar...
Me levanto de golpe, miro a mi alrededor, pero no hay nadie, solo esta Nahuel y se encuentra dormido... ¿Y Kenta? No me gustaria que le pasara nada, asi que me levanto, voy junto Nahuel y le despierto agitandolo bruscamente, ¡¡¡Tubo que ser el culpable que Kenta no este aqui!!!.
- ¡¿Dónde está Kenta, Nahuel?! -Le sacudo con fuerza y le grito a la cara - ¡¿Qué has hecho con él?!
- Desvarías, no he hecho nada. Kenta esta... - Señala donde estaba, ¿¡me esta tomando el pelo!?. - ahí... Estaba justo ahí tumbado cuando yo me dormí.
- Mientes.-digo sombrio, no les soporto, mi tio tiene razón, son de poco fiar. - Jamás debí de confiar en vosotros, en un momento que me descuido y ya me la jugáis.-Alzo mi puño cerrado por la colera, pero me retengo, este lugar es sagrado y no lo puedo manchar de una sangre que no vale.- Te mataría ahora mismo.
- Zeil, relajante. No quiero pelear. -Con una tranquilidad que me mosquea, se suelta de mi mano y se incorpora- Sé lógico, es un niño de trece años, no puede andar muy lejos...
- Eso suponiendo que no lo hayas raptado.- Escupo por lo bajo.
- Deja de decir chorradas, si lo quisiera raptar y a ti traicionarte ya lo habría hecho hace mucho. Bien, ¿has mirado en la iglesia?
- No, no he salido de aquí. - Creo que acabo de quedar mal... pero yo se que el niñato le dijo algo...
- Pues buscalo en el ala norte de la iglesia, yo buscaré por esta zona. -Vacilo de sus palabras. No me fio ni un pelo. - Tío, no tengo intención de hacer otra cosa más que buscarlo. Si quieres dar con él ve ya.
Imtentando no perder mi orgullo ni mi razón, y a malas, doy media buelta y salgo de esta habitación dando un portazo.
-Por Ceus-murmuro para mi- prometo que me librare pronto de Nahuel.
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