Aún que me ponga a pensar en mi pasado, no logro recordar gran cosa, por ejemplo, sé que cuando viajé a.... Bueno, no sé a donde, conocí a mis mejores amigos. Solo consigo recordar de eso que me metía mucho con uno que era bastante bajito, y era dos años menor que yo... y esa niña que siempre ponía paz entre los dos.... pero ¿por qué no recuerdo nada mas? Los medicos me dicen que tengo un problema, que solo puedo almacenar seis años de memoria, pero que luego se me olvidan... aún que creo que no es cierto, hice un curso militar hace poco mas de seis años y me acuerdo a la perfección. E inclúso recuerdo ese espantoso día... el día en que mi vida daría la vuelta y desde aquella no soy el mismo...
A lo lejos se ve las torres del castillo de Saifuche, me empiezo a rodear de un bosque espeso, y el camino comienza a ser de tierra. Cerca de un río paro para coger algo de agua. Kenta se mantiene distante, no se dirige a mí para nada, le ofrezco un poco de agua, la coge con un poco de desconfianza.
-Cuando lleguemos al castillo, ¿qué es lo primero que quieres hacer?- pregunto con animo, pero se limita a encogerse de hombros- ¿te gustaría que te llevara a dar una vuelta en caballo? Auque no se me de demasiado bien... manejo mejor las motos.
-Zeil... -dice con voz muy baja y triste- lo único que quiero que recuerdes y que no se te olvide es este nombre: Xíngron, según la leyenda, saber ese nombre te salvara, aún que, estoy empezando a dudar de ti...
Empieza a llorar... jo, me hace sentir fatal por lo sucedido antes... ¿de verdad soy lo que le demostre a este niño? ¿Un asesino? Creo que por primera vez estoy dudando de mi... Pero es de lo que se trata ser rey, tomar decisiones drásticas, aún que no me gusten.
Me subo de nuevo a la moto, hago un gesto a Kenta para que se suba y me obedece. Vuelvo a emprender el viaje a la máxima velocidad que el motor da. Me encanta sentir tal velocidad, los ojos llorando, el viento que mueva el pelo... la velocidad en sí. Nos acercamos a la ciudad, aquí reduzco la velocidad a lo permitido. Me da un poco de cosa pasar por el centro, pues hay mucha gente y yo básicamente lucho contra ellos así que es probable que me intentaran matar... vamos nada fuera de lo normal... Entro en el centro de la ciudad, es bastante acogedora. Alguno se percata de quién soy y pone cara de asesino, yo a cambio les sonrío. Cuando empiezan los asquerosos semáforos en medio de la ciudad, me fijo que colgados de los cables hay banderines que ponen: Deremon, y al lado uno que tiene dibujado un escudo y una espada. Me pregunto qué querrá decir. De vez en cuado miro a Kenta, pero el escapa de mi mirada.
Paramos en otro semáforo que la espera se me hace larga, me fijo en una niña pequeña que me recuerda demasiado a Xana... va con un hombre con uniforme militar, llama la atencion del hombre y me señala, se me acelera el corazón al ocurrir eso. Espero que no sepa quien soy. Pero por mi desgracia se sube a una moto. Me salto el semáforo y salgo disparado, esquivando todo; pero me persigue de cerca. Me meto por todos los callejones posibles, pero aún escucho esa dichosa sirena. No muy lejos veo un puerto de carga en el cual hay muchos cajones de almacenaje y un edificio que no es demasiado nuevo... acelero a tope para dejar al policía atrás, pero me doy cuenta de que la puerta del embarcadero esta cerrada; aún así me dirijo velozmente a ella, es de acero, se puede tirar.
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Zeil, esto es una locura!!!!!!!!!!- me grita al oído Kenta -¡¡¡¡¡¡¡¡¡PARA!!!!!!!!!!
-¡Nadie me dice lo que tengo que hacer!- le respondo con voz temeraria. -¡¡AGÁRRATE!!
Se agarra a mí, casi me deja sin respiración. Justo a un metro delante de la puerta, consigo hacer un caballito con la moto sobre la rueda trasera y dejarla caer en la puerta. Una vez dentro, consigo escondernos detras de un cajón. Creo que ya no nos sigue. Suspiro tranquilo.
-¡¡¡¿¿¿Estás loco???!!!- me grita Kenta- Eres más que un peligro, no entiendo como sigues vivo, ¡Todos te persiguen!
-Kenta - respondo- es simple superviviencia, hay que ser ingenioso en este mundo, porque si no, el mundo acaba contigo, lógica.
No me contesta, aún que por lo menos consegui que me hablara... Escucho un motor, me bajo de la moto y desenfundo la espada. Miro al otro lado del contenedor, pero no hay nadie, abrá sido mi imaginación.
-Kenta - digo sin darme la vuelta - sería bueno buscar otro sitio....- me giro y veo a diez policías apuntándome con pistolas... -Oh mierda.
Uno por atrás me pone un saco en la cabeza, intento resistirme, pero me dan un fuerte golpe que hace que caiga incosciente.
Escucho un vitoreo que me despierta. Cuando abro los ojos, veo que estoy encadenado a una pared y en un cuarto de hormigón con una bombilla desnuda parpadeante colgada del techo. Miro a mis lados, no soy el único, hay tres chicos más. El que parece mas mayor está incosciente, el que está a mi derecha esta llorando y el que está a mi izquierda, que creo que es más joven que yo, la verdad es que tiene un peinado similar al mío... me pregunto por qué... me esta mirando.
-¿Eres Zeil?- me pregunta.
-Claro que sí - contesto orgulloso- ¿Por?
-¡Soy super fan tullo! -dice, ¡por fin me encuentro con alguien que me alaga! Ya era hora.- Además, también soy del Primer Gobierno... Es una pena que nos condenen a participar en los juegos de Deremon.
Entra un militar en la sala gritando para que estemos en silencio, todos le tienen miedo, pero no es tan duro como los sargentos de mi ejército.
-¡Sois los gladiadores de estos juegos! - Grita, me mira extrañado y se acerca a mi- Mira quién se dejo caer aquí, el principito, el niño mimado de Saummus.
-¡¡¿¿Como te atreves a decirme que soy un niño mimado??!! ¡¡¡¡¡Soy Zeil, el futuro rey del imperio más fuerte de los tres!!! No oses insultarme.
-¿Y tus papis qué? ¿No te querían y te abandonaron?
-¡MIS PADRES ESTÁN MUERTOS!
Encorelizado, me lanzo gritando sobre eel, pero las cadenas me retienen.
-Tu vas el primero. - me setencia.
Entre cuatro hombres me cojen y me llevan en volandas porque estoy gritandoles y pegando patadas al aire. Me tiran en una sala llena de tierra, y un porton de rejas que llevan a la arena...Estoy asustado, no se lo que va a pasar... y sobre todo estoy preocupado por Kenta... espero que este a salvo. En la sala entran un hombre super musculoso y una mujer bastante fina y algo mayor. Se acerca a mi, con un trapo húmedo y que huele a lavanda, me limpian la cara con cuidado.
-Lon, tenga cuidado al ponerle el casco- dice la mujer al hombre- tiene una cara muy linda como para macarla.
-Me da igual, le pondré el casco y ya.
Ella me ayuda a ponerme en pié, el gorila del hombre se hacerca a mi con un yelmo estilo trollano, la verdad esque el casco me recuerda a casa... Espero que no me lo quiera poner... ocultar mi rostro es delito, ya que quieren que participe en unos juegos de pura lucha, pues que no me oculten.
-¿No me irás a poner eso? -Comento.- ¿os da vergüenza que este aquí? - la respuesta me tradan- ¡¡Exijo una respuesta YA!!
- Cállate - habla por lo bajo interrumpiendome.
-¿¿¡¡CÓMO SE TE OCURRE INTERRUMPIRME !!?? ¡¡Soy Zeil, El príncipe de Primer Gobierno!! ¡¡Nadie me interrumpe!! ¡¡¡EXIJO HABLAR CON EL REY DE AQUÍ!!!
El hombre se cansa y me pone el casco a la fuerza.
-¿¿¡¡Qué haces!!??- le grito.- ¡A mí nadie me toca! ¿Está claro?
De repente me vienen a la mente unas imágenes, es un niño bajito con un casco que le queda grande y que lucha contra mi, o que por lo menos lo intenta. "Zeil, porfa, para de llamarme pequeñin" dice el niño.
Vuelvo en mi. Me cogen, me dan una espada y me tiran a la arena, bueno, a luchar se ha dicho. Cogo la espada que me dieron, es bastante grande. Miro a mi alrrededor, es de noche, pero unos pálidos focos me iluminan. Todo el estadio es de piedra antigua, como los que aparecen en los libros de historia, solo que con focos. La gente de las gradas me esta vitoreando o abucheando, no estoy seguro, estoy demasiado nervioso. Observo las demas puertas, y en una de ellas veo a Kenta, corro para ver como esta, él se acerca a los barrotes.
-Zeil- dice casi llorando- tengo miedo, porfavor, sal vivo de aquí.
-¡Gusano!- me dice una voz muy grave.
Cuando me giro veo que me espera un hombre alto y super musculoso, vamos un orco. ¿Estrategia? Atacar a las piernas y que no ande. Se acerca a mí para atacar con rabia, lo esquivo con rapidez y le doy el primer corte, pero no le hace efecto, ataca de nuevo, esta vez me cuelo entra las piernas, la gente empieza a gritar mi nombre, me coloco en posición de ataque para saltar en cuanquier momento.
-Venga pulga, vamos a jugar- dice.
-Vale orco, pero te advierto de que siempre gano a este juego.
Corro hacia el, salto por encima y me cuelgo de su espalda, a ver si se cansa, intenta tirarme, pero no lo consigue, entonces empieza a golpearme contra la pared, es muy fuerte, pero intento resistir, aún que creo que voy a tener una hemorragia interna. Tras el quinto golpe caigo al suelo dolorido y me cuesta respirar. Miro al "Titán", tiene una gran piedra en la mano, le miro con cara de pena. ¿En serio me va a matar? Que se lo cree él. Me levanto de un salto y le doy un corte en las piernas bastante profundo. Y esta vez si que cae. Me pongo por detras, cojo la espada por el filo, y con la empuñadura le doy un golpe en la nuca y cae incosciente. Me pongo en medio y levanto la espada victorioso. Me hacerco corriendo a Kenta y le consuelo un poco, pero cuando me vuelvo veo que la lucha sigue.
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